Dale pause a la depresión post-Erasmus

Todo el mundo adora una cosa del verano. No, no es la playa (I mean... sigo sacando arena de cuando fui hace un mes) ni el calor (25º están bien pero 35º se hacen ya durillos). Hablamos de una cosa mejor: el fin del curso. Sin embargo, hay un curso que nunca quieres que se acabe: el curso de tu Erasmus. Y es que llega julio y tus historias del año pasado eran de alegría por acabar el último examen, y ahora son todo caras largas en la quinta despedida de la semana.

Finalmente llega el día: la despedida es la tuya. Cena de despedida con stories de Instagram con música triste (preferiblemente en el idioma del país donde estudiaste) y vuelves a tu pueblo, donde todo el mundo está de festival mientras tú deshaces las maletas con música de fondo que no debería ser triste... y sin embargo lo es. Lo sabemos, lo hemos vivido, hemos llorado con música de Ana Mena.

Hazte un favor: dale pause a la depresión post-Erasmus y sonríe al recordar todo lo vivido. Porque si duele, es porque valió la pena. Que cada canción, cada calle y cada abrazo te recuerden que fuiste parte de algo increíble, algo que no se olvida.

¿No viviste esta experiencia? ¡No pasa nada! Este viaje también es para ti. Si te apasiona conocer gente increíble, vivir nuevas aventuras, aprender sin parar y descubrir tu potencial en un entorno internacional, ESN te está esperando. Cada historia Erasmus empieza con un primer paso, y el tuyo puede empezar aquí.

Y si no viviste esta experiencia, ¡no te quedes fuera!