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FALLAS
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Origen 

La palabra valenciana falla deriva del latín facula, que significa "antorcha". El significado originario de este término era precisamente ese: se trataba de las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia romanas. Con el paso de los siglos, el concepto ha ido evolucionando hasta dar nombre a las fiestas de San José, siendo especialmente famosas las que se celebran en la ciudad de Valencia.

Del origen de las fallas hay decenas de versiones. Una de las más conocidas es, sin lugar a dudas, una antigua costumbre de los carpinteros que, en vísperas de la festividad de su patrón, San José, celebrada el 19 de marzo,quemaban trastos viejos a las puertas de los talleres para celebrar el fin del invierno. Junto con los restos de madera se colocaban unos candiles que sostenían en un palo, a modo de candelabro, llamado estayo parot. Esta tradición aparece por primera vez en la Guía urbana de Valencia: antigua y moderna, escrita por el marqués de Cruilles en 1876. Con el paso del tiempo, aunque tampoco se puede afirmar con seguridad, se añadió una figura humana vestida, lo que dio lugar a la aparición del primer ninot y la primera falla propiamente dicha.

 

Los falleros

Así pues, la costumbre de las fallas fue creciendo poco a poco durante el siglo XIX, pero en 1851 las autoridades, viendo el corte satírico que iban adquiriendo, decidieron tomar cartas en el asunto y obligaron a todas las obras a pasar una censura previa, aunque ésta solo tuvo lugar entre 1868 y 1870. En la segunda mitad del siglo XIX se hizo muy popular la llamada "falla erótica", que satirizaba el matrimonio, los cortejos entre hombres y mujeres o las relaciones sexuales. Por aquella época empezaron a publicarse también los llibrets, panfletos que explicaban las fallas y que vendían los niños por la calle.

 

En 1901, el Ayuntamiento de Valencia otorgó el primer premio a un monumento fallero. A partir de entonces empezó a construirse un nuevo tipo de fallas que se conocieron como "fallas artísticas". Este premio fomentaba el valor artístico de la obra por encima del crítico, lo que motivo a los falleros a crear fallas que fueran estéticamente más bellas y los talleres se vieron en la obligación de contratar a artistas de calidad para que las construyeran. Esto provocó el nacimiento de una nueva profesión: la de artista fallero. Con el tiempo, algunos de esos profesionales (en su mayoría escultores, pintores y carpinteros) acabaron dedicando la totalidad de su vida laboral a la creación de las fallas.

 

El turismo y la propaganda 

Poco a poco, las fiesta de las Fallas se fue convirtiendo en un atractivo turístico de gran importancia. En 1927 llegó el primer "tren fallero" a Valencia, un ferrocarril lleno de turistas procedente de Madrid. En 1931, Ángeles Algarra fue nombrada la primera fallera mayor de Valencia. Al año siguiente, en 1932, se organizó la primera semana fallera, y en 1934 se eligió al primer ninot indultat (una falla que era salvada de la quema debido a su calidad). La Guerra Civil española puso un punto y aparte a la fiesta, pero en 1937 ambos bandos crearon algunas fallas de contenido propagandístico. Al terminar la contienda, el Ayuntamiento de Valencia creó la Junta Central Fallera, la cual, en 1944, promulgó el primer Reglamento Fallero. En 1945 se oficializó la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados, y a partir de ese momento fue configurándose la fiesta fallera tal como la conocemos hoy en día con la Exposición del Ninot, la plantà, la Cabalgata del Reino, los castillos de fuegos artificiales y la Nit del Foc.

 

Suspensiones a lo largo de la historia

A lo largo de su historia las Fallas de Valencia han sido suspendidas en su totalidad en seis ocasiones: 1886, 1896, 1937, 1938, 1939 y 2020.

En el año 2004 fueron cancelados los actos oficiales durante tres días a consecuencia de los graves atentados terroristas en Madrid.

En el año 2020, a causa de la Pandemia de COVID-19, los festejos, fueron aplazados y se celebraron con las correspondientes medidas de seguridad del 1 al 5 de septiembre.

 

1886: protesta de los falleros

La primera vez que se tiene referencia de que los monumentos falleros no se plantaron fue en 1886, cuando los falleros, (de forma individualizada), se negaron a pagar la tasa de 60 pesetas que se cobraba como canon desde 1851 por plantar los catafalcos en las calles.

Al principio se pagaban 5 pesetas, pero a los gobernantes no les gustó nada que se metieran con ellos en unas fiestas muy populares. Por ello, quisieron acabar con ellas obligando a pagar cada vez más para que desaparecieran y, efectivamente, fueron a menos hasta que en 1886 ninguna comisión plantó falla, explica el historiador, documentalista y miembro de la Junta Central Fallera de Valencia, Javier Mozas. No obstante, de ese año sí que se tiene noticia de que se plantaron dos fallas de manera privada en dos patios interiores, que nadie visitó.

 

1898: Guerra de Cuba

El gobernador civil de Valencia declaró en 1898 el estado de guerra por el enfrentamiento bélico de España con los Estados Unidos en la conocida como guerra de Cuba y se decidió no celebrar las Fallas a dos días de su inicio.

 

Esto supuso “la primera suspensión de las Fallas”, aunque se sabe que hubo catafalcos que se guardaron y se plantaron al año siguiente, porque está contrastado que los bocetos son los mismos.

 

1937, 1938 y 1939: Guerra Civil Española

También se suspendieron las fiestas durante los años 1937, 1938 y 1939 con motivo de la Guerra Civil española. Las de 1936 se celebraron sin problema, pues el alzamiento se produjo el 17 de julio.

 

Al inicio de la guerra, muchas comisiones falleras empezaron a destinar el dinero recaudado de las Fallas a la causa republicana. En un momento, se decidió que no se plantaran fallas para evitar que la multitud que convocaran pudiera atraer una bomba o una desgracia.

 

La Guerra Civil acabó el 1 de abril de 1939, por lo que ese año, por quinta vez en la historia -la cuarta provocada por una suspensión propiamente dicha- tampoco se plantaron monumentos falleros por las calles de Valencia.


 

Fallas fuera de Valencia

Las fallas son unas fiestas oriundas de la ciudad de Valencia, aunque con el paso de los años han comenzado a celebrarse a una gran cantidad de municipios de la Comunidad Valenciana, e incluso de fuera de ella. De este modo, en la provincia de Valencia es donde se concentran el mayor número de monumentos y comisiones falleras fuera de los límites de la ciudad, entre las cuales se encuentran las fallas de las localidades de Játiva en 1865, Gandía y Sueca en 1876, Alcira en 1889, Torrente en 1900, Alacuás, Albal, Albalat de la Ribera, Albalat dels Sorells, Alberique, Alborache, Alboraya, Albuixech, Alcácer, La Alcudia, Alcudia de Crespins, Aldaya, Alfafar, Alfara del Patriarca, Algemesí, Alginet, Almácera, Almusafes, Benaguacil, Benetúser, Benicarló, Benicull de Xúquer, Benifaió, Beniparrell, Bétera, Bolbaite, Bonrepós y Mirambell, Buñol, Burjasot, Carcagente, Carlet, Casinos, Catarroja, Chella, Chiva, Cheste, Cuart de Poblet, Cullera, Denia, El Puig, Enguera, Emperador, Foyos, Genovés, Gilet, Godella, Godelleta, Guadassuar, Jaraco, La Eliana, Liria, Llaurí, Loriguilla, Lugar Nuevo de la Corona, Llombay, Llosa de Ranes, Manises, Masamagrell, Masalfasar, Masanasa, Meliana, Mislata, Moncada, Monserrat, Montroy, Museros, Náquera, Oliva, Onteniente, Paiporta, Paterna, Picaña, Picasent, La Pobla de Farnals, La Pobla de Vallbona, Poliñá de Júcar, Puerto de Sagunto, Puzol, Ribarroja del Turia, Rocafort, Sagunto, Rotgla i Corberà, Sedaví, Silla, Sollana, Sueca, Tabernes de Valldigna, Tabernes Blanques, Turís, Utiel, Vallada, Vinalesa, Villanueva de Castellón, Villamarchante, Chirivella o Yátova.

 

En las provincias de Castellón y la Alicante se celebran las fiestas falleras en diversas poblaciones, entre las que cabe destacar las comisiones de Benicarló, Almenara, Burriana o Vall de Uxó en Castellón y Denia, Calpe, Elda, Pego y Benidorm en Alicante. Fuera de la Comunidad Valenciana, se planta cada año desde 1962 una falla en la población madrileña de Getafe, así como desde el año 1974 en Villahermosa (Ciudad Real) y desde 1982 en la localidad jienense de Mancha Real, en esta porque es una localidad con una gran industria del mueble. Del mismo modo, en Calviá (Mallorca), se planta la falla "El Toro" desde el año 1994. También en Ibiza, en San Antoni de Portmany, la Asociación Cultural Valenciana Sant Antoni de Portmany celebra sus fiestas Josefinas. A esto hay que añadir, que en 1989 se plantó de manera ocasional una falla en la ciudad de París. Fuera de Europa, desde 1954 la Unión Regional Valenciana de Mar del Plata celebra su Semana Fallera, que constituye una suerte de cierre no oficial de la temporada turística de verano. En Murcia desde el siglo XIX, se celebra el Entierro de la Sardina, el sábado posterior a la Semana Santa que culmina con las Fiestas de Primavera de la ciudad. En ella se planta y quema una falla alegórica de la sardina, que representa el final del periodo de asueto iniciado por la Cuaresma.

 

Elementos de la fiesta

 

La Junta Central Fallera

La Junta Central Fallera ​ es el organismo que regula y coordina la fiesta de las fallas tanto en la ciudad de Valencia con las comisiones de cada falla, así como con las Juntas de Distrito. También coordina las diferentes Juntas Locales Falleras en las diversas poblaciones donde se celebra esta fiesta.

 

Tiene la sede en el edificio adjunto al museo Fallero, en frente de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, junto a la iglesia de Monteolivete. La Junta Central Fallera se encarga, por ejemplo, de hacer la elección de la Fallera Mayor de Valencia, de elegir las mejores fallas de todas las categorías, así como de organizar los actos centrales de la fiesta, como la Ofrenda de Flores a la Virgen María de los Desamparados, y otros muchos. Hace falta destacar su importancia cívica y organizativa en la Comunitat Valenciana.

 

Los Artistas falleros

El Artista fallero (denominado Artista faller) realiza la Falla, pero también hay Artistas falleros que hacen trabajos secundarios como la elaboración de carrozas y decoraciones para locales, comercios y ferias. Éstos pertenecen al Gremio artesano de Artistas Falleros (Gremi artesà d' Artistes fallers. València).​

 

Las comisiones falleras

Las Comisiones surgieron sin una normativa que las regulara. Pero según Almela i Vives en toda Comisión fallera estaban incluidos: el dueño del cafetín situado más cerca del lugar donde se plantaba la falla (que se convertía en el lugar de reunión de los otros componentes de la comisión), el dueño de la carpintería de la zona (que actuaba como técnico), el zapatero de la comisión (quien aportaba sugerencias), y el dueño del ultramarinos y coloniales (que hacía las veces de tesorero).3

 

Casi en cada calle de la ciudad hay un "casal fallero", lugar de reunión de cada una de las comisiones falleras, que durante todo el ejercicio buscan fuentes de ingreso para poder pagar la fiesta y su propio monumento. Además, normalmente cada comisión consta también de una comisión infantil, formada únicamente por niños, que también planta su propia falla. Las fallas infantiles miden, como máximo, 3 metros de diámetro y están compuestas por figuras de estética más próxima al mundo de los niños y generalmente no muestran temas críticos.

 

Aunque el objetivo de las comisiones es construir la falla para la fiesta de San José, durante el resto del año en cada casal se realizan actos festivos, culturales y sociales de todo tipo, que hacen de las comisiones falleras uno de los principales ejes de la vida asociativa y del entramado social de Valencia y los demás municipios donde se celebra esta fiesta.